Tébar: «Del Bosque no debería haber salido del Real Madrid»

Marcos Tébar milita actualmente en el Brentford inglés y pertenece a la prolífica cantera del Real Madrid. Han pasado más de veinte años de sus primeros recuerdos con un balón en los pies. Ahora es uno más de los futbolistas españoles que han decidido emigrar a tierras inglesas en busca de una nueva experiencia. Entonces el salón de su casa, a medio amueblar, se convertía en un improvisado estadio donde jugar con su pelota de goma. Eran inseparables.
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Tébar, quien repasa para Elite Sport su trayectoria, siempre tuvo claro que en su vida no podía faltar el fútbol, lo que no sabía es que llegaría a dedicarse de forma profesional. “Empecé jugando al fútbol sala en el equipo de mi barrio, el Europa. Más adelante, cuando pude por edad, di el salto al fútbol 11. Así es como lo llamábamos cuando éramos pequeños. Lo veíamos algo tan de mayores, de la televisión, que cuando alguien decía ‘juego al fútbol 11’ parecía que estaba fuera de tu alcance. Me inicié en la escuela AFE con unos entrenadores y educadores, a la vez, que me transmitieron unos valores muy importantes día tras día”.En ningún momento se sintió presionado por sus padres ni le marcaron objetivos inalcanzables. Ni siquiera cuando algunos clubes comenzaron a tentarle. “Creo que mi familia fue viendo la posibilidad de que yo me dedicara al fútbol a la vez que yo me daba cuenta que podía hacerlo. Pero si lo hubiera dejado y me hubiera dedicado a otra cosa, mientras fuera feliz, ellos estarían encantados. Siempre he jugado porque es mi pasión, y lo sigue siendo. A mis padres y mi hermana les dedico todo lo que he conseguido. Siempre me han ayudado y me han dado el apoyo que necesitaba en los momentos difíciles, que han sido muchos”.

Al Real Madrid llegó con 12 años, cuando varios ojeadores contactaron con su padre y quisieron que se uniera al club. “Imagínate la ilusión con la que recibí la noticia de que me quería el equipo al que animaba desde que tenía uso de razón.” De su paso por la casa blanca guarda un buen recuerdo. “Fui cumpliendo ciclos y superando etapas. La formación que me dio la cantera del Real Madrid fue excelente, tanto a nivel profesional como personal. Estuve unos 12 años y pasé por muchos entrenadores. Todos me ayudaron a mejorar constantemente. Disponer de los medios que te brindan sus categorías inferiores es todo un privilegio”.

Del Castilla se queda con las vivencias compartidas con grandes futbolistas del primer equipo. “Un día, cuando tenía 15 años, me dijeron que faltara a clase y que tenía que presentarme en la Ciudad Deportiva por la mañana. Mi sorpresa llegó cuando me encontré dando toques con un ‘chavalillo’ al que llamaban Zidane, recién llegado al Real Madrid y que iba a grabar un DVD sobre su vida deportiva. Al final me llevé sus botas como prueba y por supuesto me compré el DVD cuando salió”.

Con muchos de sus compañeros sigue teniendo una buena relación aunque el contacto va mermando conforme los destinos les separan. Algunos juegan al más alto nivel aunque hay uno que merece una mención propia. “El que más me sorprendió desde que le vi entrenar es Mata. Su manejo del balón, los controles y la madurez con la que jugaba con tan solo 18 años era digna de admiración.”

Sin Del Bosque en el Madrid, «se perdió una identidad que no se ha recuperado»

Su momento más dulce en el Real Madrid fue su debut con el primer equipo. Tenía 16 años y estaban disputando en Sevilla un triangular. Su opinión sobre el actual seleccionador es tajante. “Nunca debería haber salido del club. Su trabajo con el primer equipo fue excelente pero lo mejor era lo que hacía con la cantera. Cada día le veías por la Ciudad Deportiva viendo entrenar a las categorías inferiores. Se conocía a todos los jugadores. De esa forma era normal que cada temporada salieran canteranos desde abajo por los que se apostaba. No solo para jugar los últimos diez minutos de un partido ganando 4-0, como muchos entrenadores posteriores hicieron por el simple hecho de decir que les habían hecho debutar. Para mí, prescindir de Vicente del Bosque, fue el mayor error que cometieron. Se perdió una identidad que no se ha recuperado en todos estos años.”

Su momento más amargo en su carrera deportiva se produjo cuando se rompió el tendón de Aquiles con 20 años. El Castilla estaba jugando en Segunda y faltaba menos de dos meses para acabar la temporada. El equipo finalmente descendió.

Dejar Madrid no fue fácil. Fue un cambio duro para Marcos. Era la primera vez que se separaba de su familia, novia y amigos. Se iba solo a otra ciudad y se encontraba de frente con la verdadera realidad del fútbol. “Llegué y al tercer partido me lesioné para más de dos meses. Tuvimos muchos problemas de cobros y nos terminamos salvando en el último minuto del último partido. Así que fue una experiencia que me hizo madurar muchísimo en tan sólo 6 meses, los que estuve cedido. La temporada siguiente ya fue todo diferente. Firmé para 3 años y fue mucho mejor. Los años que estuve en Girona se convirtieron en muy especiales para mí y me dieron la posibilidad de dar el salto a Primera que tanto deseaba. Es un club que sigo en cada partido y que siempre apoyaré”.

Tras su paso por el Girona la siguiente parada sería Almería. El reto se lo puso la propia categoría: verse enfrente de los mejores jugadores del mundo, competir cada día y disfrutar al máximo de la experiencia que tanto le costó alcanzar. Lo define como un año duro pero que acabó bien cumpliendo el objetivo de la permanencia. “Tuvimos un comienzo complicado. El equipo jugaba bien pero se nos escaparon muchos puntos en los tramos finales de los primeros partidos. Eso creó algo de ansiedad y dudas en el estilo. Acabamos siendo un equipo más práctico, menos vistoso, pero fuimos sacando puntos. Conseguir la salvación fue todo un éxito”.

En Londres descubre las diferencias entre fútbol inglés y español

De Almería a Londres, al Brentford FC, donde está descubriendo las diferencias entre el fútbol inglés y el español a marchas forzadas. “Es un fútbol más intenso, más físico. Sobre todo en las áreas. Los árbitros son más permisivos con la agresividad empleada y hay muy pocos momentos de pausa. Muchas ocasiones y partidos muy abiertos. Una liga muy igualada. Además, está la pasión de los aficionados a la hora de vivir los partidos y animar a su equipo en el campo. Los 10.000 que vienen al estadio son del Brentford. Les gustará el Arsenal, Chelsea o cualquier otro pero su primer equipo es el Brentford y eso te lo hacen saber cada día. El respeto que muestran hacia los jugadores es apreciable en cada gesto”.

No es de extrañar que no le costara decidirse entre las diversas ofertas con las que se encontró en verano. “Estuve cerca de fichar la temporada pasada antes de ir al Almería pero quería jugar en Primera. Esa fue mi prioridad. Este año volvieron a ofrecerme la posibilidad y era una oportunidad que no podía dejar pasar. Jugar en un fútbol que siempre me ha atraído, conocer otra cultura, gran opción económica, aprender inglés, Londres… Vi muchas cosas positivas.”

Según comenta a Elite Sport, en los pocos meses que lleva en su nuevo club ya se siente como en casa y tiene claro su reto para esta temporada. “La acogida ha sido muy buena. Hay un gran grupo de jugadores con ganas de crecer con el equipo y el ambiente es muy bueno. Lo más complicado fue el día que me hicieron cantar por ser nuevo (risas). Soy de objetivos a corto plazo, muchas veces nos olvidamos de disfrutar el momento pensando en lo que vendrá. Estoy aprendiendo y disfrutando cada día y ese sigue siendo mi objetivo”.

Ahora que forma parte del fútbol inglés tiene claro lo que debería cambiarse en la Liga española. “En Inglaterra el fútbol es para los aficionados. Todo está hecho en función de ellos y del espectáculo. No hay televisiones que manejen horarios y pongan partidos a las 11 de la noche un lunes. El calendario está marcado con mucha antelación, algo que ayuda para que los aficionados puedan planear los viajes en campos contrarios. Salvo uno o dos partidos a la semana, el resto se juegan sábados a las 3, sin televisar ninguno. Obviamente eso ayuda a que prácticamente cada campo esté lleno en cada partido. Ya he visto un par de veces partidos que se retrasan porque hay atascos en las inmediaciones del estadio o los aficionados han tenido problemas al entrar. Me parece algo de lo que tendríamos que aprender en España”.

De sus entrenadores resalta a Míchel, Agné y Rubi

A sus 28 años aún tiene mucho fútbol que ofrecer y no pierde de vista todas las enseñanzas que ha ido acumulando a lo largo de su carrera. Algunas le marcaron más que otras. “He tenido muy buenos entrenadores pero hay tres que han sido más importantes para mí en mi etapa como profesional. El primero fue Míchel. Lo tuve en el Rayo y en el Castilla. Me generó una ilusión por el fútbol que no tenía desde que estaba en cadetes con Antonio Díaz, otro entrenador que me marcó. El segundo fue Raúl Agné en Girona. Me hizo progresar mucho en poco tiempo y aprendí conceptos muy importantes que nadie me había enseñado. El tercero y mejor entrenador que he tenido es Rubi, del último año que estuve en Girona. Si algún día fuera entrenador (todavía no me ha dado por ahí) me gustaría parecerme a él. Maneja todas las facetas que para mí son importantes y es capaz de sacar el máximo rendimiento e implicación a cada jugador de su plantilla.”

Marcos Tébar mira hacia atrás y hace balance. En todos los equipos en los que ha estado y en todos los años que lleva jugando siempre se ha encontrado con situaciones buenas y malas. No hay que olvidar nada. Es interesante recordar todo. Sobre todo las situaciones complicadas que son las que te hacen valorar las más afortunadas. Tiene claro que su vida es y será el fútbol. Cuando cuelgue las botas sabe de sobra lo que hará: “Seguro que ponérmelas otra vez”.

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