Entrevista a Carlos Cuéllar – «El Boxing Day supone un riesgo físico, pasa factura»

Cuéllar: «El Boxing Day supone un riesgo físico, pasa factura» ( Entrevista publicada el 26 de diciembre de 2014 en Revista Élite)

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Para alguien familiar resulta complicado pasar las navidades fuera de casa. Cuando se trata de hacer lo que más te gusta todo se ve de otro color. Es lo que le sucede a Carlos Cuéllar, jugador del Norwich City, equipo que milita en la Championship (segunda división inglesa). Futbolista apasionado que transmite entusiasmo y amor por el fútbol británico.Mientras el resto de competiciones descansan, la Liga inglesa se dispone a vivir la jornada que mayor expectación genera a nivel mundial: el Boxing Day. Para el aficionado es una fiesta. Los campos repletos y el ambiente familiar contrastan con el nivel de concentración que impera en los vestuarios. Cuéllar vive por octavo año consecutivo el maratón de partidos que se condensa en navidades. “Es algo que llega a agobiar. No por el hecho de jugar, ya que lo deseo siempre. Me refiero al no tener tiempo para poder recuperarme. Este año jugamos el 26 en casa contra el Millwall y el 28 de diciembre debemos viajar a Reading. Esto supone un riesgo físico que fomenta las lesiones. Necesitamos alrededor de dos o tres días para recuperarnos. A mí me gusta jugar y estar en cada partido pero deberían darnos más margen para que el cuerpo pueda aguantar. Desde el punto de vista deportivo no te da tiempo a analizar lo que haces. Es bueno si pierdes porque no te da tiempo a lamentar la derrota y debes cambiar el chip. Si ganas, casi no puedes asimilarlo. La exigencia competitiva, física y psicológica es excesiva”, indicó en una entrevista para Elite Sport.

Es cierto que este día tan especial es un acierto de cara al espectáculo y a los aficionados. Ellos son los protagonistas estos días, el fútbol queda a su disposición. Deportivamente, ¿favorece esa masificación de partidos a la competición inglesa? En este sentido, miramos a los torneos internacionales y cómo se benefician, por ejemplo, los equipos alemanes del descanso de varias semanas que hacen en invierno. “Físicamente lo notamos. Son muchos partidos concentrados en poco tiempo. No hay margen para recuperarte, para reaccionar ante derrotas o para saborear victorias. Juegas, entrenas y vuelves a jugar. Si los resultados son malos, no da lugar a poder hacer cambios o pruebas, prácticamente cuentas con el mismo equipo. Esta exigencia desgasta física y psicológicamente. Incluso se ven con frecuencia lesiones debido al agotamiento. A esto hay que añadir los partidos de Copa. Si sigues adelante en la competición se plantea un mes de enero intenso jugando domingos y martes o miércoles. Al final esto pasa factura tanto a los equipos de las diferentes divisiones como a los que tienen que jugar en Europa”.

Para un futbolista extranjero pueden hacerse largas estas semanas de competición. Cuéllar es familiar y en estas fechas la ausencia de los suyos se manifiesta. “La familia se echa mucho de menos. Son días en los que todo el mundo te llama y te apetece estar con ellos. Nosotros tenemos la tradición de pasar la Nochebuena en casa de mi madre. Todos se reúnen allí, me llaman y hablamos por Skype. Les echo en falta pero estoy contento. Ya es mi octava temporada aquí y me he acostumbrado. Me gusta jugar y eso lo compensa. Este año me voy a reunir con Javi Garrido e Ignasi Miquel, los otros españoles del Norwich, para cenar juntos”.

La preparación para la jornada de Boxing Day no es diferente a la del resto del año. “Por suerte esta vez jugamos en casa y no tenemos que viajar. Nosotros no nos concentramos cuando jugamos en Norwich, vamos directamente al estadio tres horas antes. Tanto el 24 como el 25 entrenamos. El día de Navidad lo hacemos por la mañana para que a los compañeros les dé tiempo de llegar a casa para comer con sus familias. El 26 seguimos el procedimiento normal. Llegamos a las 11:45 para concentrarnos, comemos juntos y ultimamos el partido”.

Lleva ocho temporadas fuera de España

La trayectoria de Carlos habla por sí misma. Son ocho temporadas fuera de España: Rangers, Aston Villa, Sunderland y, ahora, Norwich. En todos estos años ha ido acumulando vivencias de este día tan especial. “Mi primer Boxing Day fue en Escocia y no tengo un buen recuerdo de él. El partido no llegó a disputarse por el temporal y tampoco pude volver a casa a tiempo. Fue un desastre. Por suerte, en mi primera temporada con el Aston Villa pude resarcirme. Aunque añoraba a mi familia, fue un día inolvidable. Me llamó la atención, cuando llegamos al estadio, el ambiente. Había muchos niños y muchas personas disfrazadas ocupando todas las gradas. Me impactó ver a gente de todas las edades como si fuera carnaval. Había regalos. Rápidamente te contagias de toda esa atmósfera y quieres compensarles con un buen partido. Te motivas”.

Antes de hacer las maletas, Cuéllar jugó en equipos como Numancia y Osasuna. Aunque guarda un buen recuerdo de la Liga, tiene claro dónde está su sitio. “Me gusta la Premier y su nivel competitivo. No descarto nada pero no solo es este fútbol lo que me gusta sino que también me apasiona el estilo de vida y el ambiente que hay aquí. A principios de año tengo pensado comenzar a sacarme el título de entrenador. Me gustaría echar raíces”.

Mirando hacia atrás, analiza cuál cree que ha sido su mejor momento hasta la fecha. “Si me centro en lo deportivo, mi mejor año fue el que hice con el Rangers. Fue una temporada especial para mí, la primera fuera de España y supe adaptarme a las exigencias que el guión marcaba. Conseguí grandes logros a nivel individual como el premio al ‘Jugador del año en la Liga Escocesa’ y ‘Futbolista del año’ según la Asociación Escocesa de Periodistas Futbolísticos (SFWA). El equipo consiguió títulos (Copa de Escocia y la Copa de la Liga) pero me quedo con la experiencia de llegar a la final de la Europa League que perdimos ante el Zenit”.

Elogia a Martin O’Neill y a Javier Aguirre

Carlos sólo tiene elogios para dos profesionales que marcaron su carrera y le ayudaron a convertirse en el gran futbolista que es hoy. “Aquí mi padre es Martin O’Neill, le debo mucho a él y es el culpable de que llegara a equipos como Aston Villa o Sunderland. En España destaco la labor de Javier Aguirre. Con él aprendí mucho, es un gran entrenador”.

El madrileño desprende optimismo y pasión por el fútbol inglés. Va a vivir otro Boxing Day, esta vez con un nuevo equipo. Lo hará con la misma ilusión con la que los niños lo disfrutarán desde la grada. A las puertas de un año nuevo, tiene claro lo que desea. “Al 2015 le pido salud y que las lesiones me respeten. Del resto ya me encargo yo”, concluyó entre risas.

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